Una estrategia efectiva para enfrentar la nueva realidad

Crédito: Lukas en Pexels

Hábitos Atómicos es uno de los libros más populares de desarrollo personal que ha ganado gran fama por su practicidad. Después de haber leído este libro y haber aplicado muchas de sus lecciones en mi vida, llegué a la conclusión de que el secreto principal para llegar a ser exitoso en la vida es creer en uno mismo. James Clear, como su apellido, es claro en este punto al plantear que los hábitos que perduran a lo largo del tiempo son aquellos que están relacionados a las creencias que tenemos sobre nosotros mismos. Hoy en día, el gran bombardeo de información al que estamos expuestos a través de las redes sociales nos hace vivir una realidad virtual que nos expone a estándares muy altos al compararnos con otras personas virtuales, cuyo valor se basa exclusivamente en su número de seguidores o en el número de “me gusta” que reciben en sus publicaciones. Sin embargo, el verdadero éxito personal no está en resultados externos, sino en el éxito de nuestro propio proceso interno de mejora continua.

Sin duda los tiempos están cambiando y es muy llamativo hasta qué punto las redes sociales han influido en este nuevo “lavado cerebral”, donde el centro de atención está en el éxito puramente económico, físico o social. Esta crítica no está orientada a despertar una rebeldía en contra las personas más ricas del mundo, que evidentemente tienen un gran poder para impulsar su capacidad de ostentar su éxito a través de este medio. Tampoco planteo una vía de escape para las personas que no quieran seguir esta misma tendencia para que desaparezcan de redes sociales, y se aíslen totalmente de la tecnología. El propósito de este blog es desarrollar una estrategia para darle mayor valor a la vida fuera de pantalla, y retomar la responsabilidad del cambio que podemos generar en nuestras propias vidas con la tecnología como aliada.

Las redes sociales sin duda nos hacen sumergir en una realidad que nos brinda gran satisfacción porque nos acerca a la vida de aquellas personas que admiramos. El gran problema llega cuando empezamos a sumergirnos tanto en su realidad, que olvidamos la nuestra, y empezamos a opacar nuestro propio valor. Sería muy difícil creer que algún día lleguemos a tener el dinero de Elon Musk o los músculos de Arnold Schwarzenegger, o la popularidad de Mr. Beast. Sin embargo, el valor propio es el que todos tenemos independientemente de donde vengamos o los logros que hemos alcanzado en nuestras vidas. A través del descubrimiento del valor propio, podemos hackear el sistema y llegar a implementar un mecanismo en nuestras vidas que nos lleven a ser nuestra mejor versión.

Para ilustrar la importancia de conocer nuestro propio valor, podemos fijarnos en la escena más importante de la película Matrix, donde Morfeo le ofrece a Neo que elija entre la pastilla roja y la azul. En la película, la pastilla roja es un símbolo de la revelación de la vida real, mientras que la pastilla azul representa el regreso a una realidad virtual donde todo está aparentemente bien. Cuando Neo elige la pastilla roja, descubre una vida dominada por las máquinas, donde los humanos son explotados para alimentar con su energía a las mismas máquinas. La elección de la pastilla roja de Neo es la aceptación de su valor propio por encima de la realidad virtual, y es su respuesta al llamado a convertirse en el elegido para liberarse del sometimiento de las máquinas. 

Si nosotros partimos por escuchar este llamado interno, va a surgir un sentido de urgencia para hacernos responsables de nuestra propia realidad y sanamente empezaremos a liberarnos de la realidad virtual. Como había mencionado anteriormente, el hecho de desconectarnos sanamente de las redes sociales, no implica dejar de reconocer su utilidad como herramientas que nos puede ayudar a conectar con otras personas. De hecho, en Matrix, las personas que eligieron la pastilla roja, utilizan de manera consciente a la realidad virtual únicamente para expandir su mente con habilidades que les permita liberarse del domino de las máquinas. Este paradigma es importante porque nuestro valor propio no reduce al valor de los demás, pero el verdadero crecimiento se encuentra en cultivar nuestro propio valor sin desmerecer el de los demás. 

Retomando las lecciones de hábitos atómicos, al descubrir nuestro valor propio, podemos empezar a fijarnos metas orientadas en las creencias que tenemos sobre nosotros mismos. Si creemos que somos buenos para los idiomas, podemos fijarnos la meta de aprender un nuevo idioma, con lecciones cortas de 5 minutos diarios. La razón por la que esta estrategia puede transformar nuestras vidas, es que nuestro sistema de creencias está diseñado a responder en concordancia con lo que creemos de nosotros mismos. Aprender este nuevo idioma a través de una plataforma como Duolingo o un libro impreso llega a ser secundario, porque nuestro enfoque está en el crecimiento personal. Los hábitos atómicos o estas pequeñas acciones que implementemos de manera recurrente y de manera sostenida en el tiempo, es lo que nos lleva a transformar nuestra mente y a nuestra vida. Elijamos el camino del descubrimiento personal e implantemos un sistema de creencias que nos impulse a convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. 

Fecha:
24 de mayo de 2025

Autor:
Aaron Sanchez,
CEO de CreditAccess