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El desarrollo del producto mínimo viable como requisito para transformar un startup en una empresa
Foto: Pixabay en Pexels.com
En el mundo del emprendimiento, cualquier idea de negocio justamente inicia con la “idea” de que algún producto o servicio puede generar valor a las personas y así también producir una ganancia para la empresa. Generalmente los emprendedores como yo hemos caído en el famoso sesgo del “enamoramiento de la idea”, lo cual puede causar que las ideas mueran en etapas tempranas. Cabe mencionar que emprender e innovar es muy retador justamente por la forma en que planteamos ideas ante un mundo complejo y un futuro incierto. En este blog, planteo algunas recomendaciones basadas en mi experiencia de cómo superar este sesgo y construir un producto mínimo viable.
- Aclarar la diferencia entre el problem-solution fit y el product-market fit. En una etapa inicial de un emprendimiento, las personas buscan el problem-solution fit o el ajuste entre problema-solución. Es así que los emprendedores empiezan hablando con amigos, parientes y personas en su red social para verificar si la idea de negocio puede traducirse en una solución. En muchos casos, este proceso puede tener un sesgo cuando las personas con quienes hablamos tienen una afinidad particular hacia nosotros. De hecho, existe un libro llamado “The Mom Test”, en donde se ejemplifica el caso un emprendedor que habla con su madre sobre su idea de negocio y termina teniendo una retroalimentación extremadamente positiva. En este punto, el sesgo puede conducirnos a idealizar nuestra solución como la idea del millón, pero aún con una idea buena, la realidad es que todo emprendimiento en una etapa inicial tiene un alto riesgo de fallar. Con el fin de superar esta primera etapa del problem-solution fit y evitar invertir todo nuestro capital en una idea con alto riesgo, es importante reconocer el product-market fit o ajuste entre el producto y el mercado, como un benchmark inicial de la idea de negocio. Es aquí donde el producto mínimo viable o PMV gana una alta importancia, porque permite construir una versión funcional de un producto y servicio sin la necesidad de invertir una suma alta de dinero o tiempo. De hecho, los PMV únicamente incluyen pocas pero relevantes características del producto o servicio, con el fin de identificar el potencial de escalabilidad de la idea de negocio. Para alcanzar el product-market fit, la implementación del PMV sirve para romper sesgos cognitivos y medir la satisfacción del cliente potencial al usar el producto para resolver sus problemas.
- En una etapa inicial, aprender con un startup es mucho más valioso que gastar con una empresa. Como los emprendimientos en etapa temprana tienen un alto riesgo, una estrategia para evitar comprometer mucho dinero es enfocarse en el valor del aprendizaje en contraste con el retorno monetario. Esta recomendación puede ser una paradoja porque cualquier negocio necesita generar recursos económicos para mantenerse en el largo plazo. Sin embargo, un emprendimiento en una etapa temprana no debe definirse como un negocio, sino como una “startup”. Este término acuñado por varios países en el mundo sirve para diferenciar a los emprendimientos de las empresas constituidas. Más allá de ciertos beneficios tributarios, los startups se definen como organizaciones temporales que buscan identificar un modelo de negocio que sea repetitivo, rentable y escalable. Para alcanzar este holy grail, un startup debe mantener una sólida estrategia en donde priorice el aprendizaje continuo al menor costo posible. Para desarrollar un PMV, un emprendedor puede necesitar actualizar conocimientos en áreas técnicas y de relaciones interpersonales. Por lo que algunas opciones incluyen: tomar cursos gratuitos en línea en lugar de pagar por certificaciones, o asociarse con otros co-fundadores que complementen sus conocimientos. Finalmente, el mayor aprendizaje para un startup se presenta al hablar con potenciales clientes para recibir retroalimentación sobre las principales características del PMV, lo cual se puede obtener al asistir a ferias de emprendimientos o con mensajes directos en redes sociales.
- El tiempo es crucial para sacar adelante un startup, pero existen procesos que requieren tiempo para consolidarse. El tiempo que un startup puede mantenerse en funcionamiento es directamente proporcional al burn-rate de sus fundadores. En otras palabras, existe el startup mientras los fundadores dispongan de recursos económicos para llevar a su startup a encontrar un modelo de negocio que permita transformarlo en una empresa constituida. Por ende, la planificación de las actividades clave del startup van a orbitar de acuerdo a la capacidad económica que tengan los fundadores. Aún si un startup no realiza alguna inversión importante, hay que recordar que existen costos indirectos como los gastos de alquiler, servicios e incluso transporte. Conforme a mi experiencia, un startup debería existir por un período de 1 a 3 años, que es el tiempo en que el PMV puede validarse en el mercado. Durante este año, existen actividades clave como formar el equipo de trabajo, encontrar el problem-solution fit, desarrollar el PMV, descubrir el product-market fit y realizar el lanzamiento del producto inicial. Como estas actividades son secuenciales, pueden realizarse en períodos de 3 a 6 meses conforme a la capacidad financiera de los fundadores. Adicionalmente, hay que tomar en cuenta que existen otras actividades indirectas como el proceso legal para el funcionamiento del startup, el registro de marca o la búsqueda de inversionistas.
En general, un startup debe moverse rápido, pero convertirse en una empresa es un compromiso a largo plazo, por lo que comprender esta realidad puede ahorrarnos mucha frustración a lo largo del proceso.
Fecha:
9 de septiembre de 2024
Autor:
Aaron Sanchez,
CEO de CreditAccess
MPP 2016, Universidad de Chicago