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Descubriendo nuestro propósito

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Foto: Wilson Latacunga en Pexels.com 

Después de una serie de blog posts en la página de CreditAccess, en donde he cubierto temas relacionados a política, economía y desarrollo, he decidido finalmente cubrir el tema más importante de esta serie respecto al descubrimiento de nuestro propósito en la vida. Cada uno de nosotros llegamos a este mundo buscando una identidad, que a lo largo de nuestros primeros años se va forjando conforme a las experiencias que vamos adquiriendo y el significado que les damos en nuestro interior. Toda esta continua interacción también nos permite proyectarnos al futuro e ir descubriendo poco a poco nuestro propósito. A pesar de nuestro contexto y las circunstancias políticas, económicas y sociales que influyen en nuestra vida, nuestro propósito es intrínseco, es decir que depende de nosotros mismos. Paradójicamente, las situaciones más adversas se pueden convertir en un semillero de oportunidad cuando cultivamos la capacidad de darles un significado positivo. 

Uno de los modelos que más ha llegado a trascender a nivel mundial para ayudar a determinar el propósito de una persona lo detalla el “Ikigai”, que se refiere a la fuerza vital en nuestro interior. Este modelo está compuesto de cuatro componentes: 1) nuestras capacidades, 2) nuestros gustos, 3) las necesidades del mundo y, 4) lo que el mundo está dispuesto a pagar. Cada uno de los componentes se pueden representar gráficamente con cuatro círculos ubicados en los cuatro puntos cardinales de un mapa, los cuales al superponerse entre sí forman un diagrama de Venn. A medida que se definen las intersecciones entre cada componente se combinan formando nuevos componentes que incluyen: 1 y 2) pasión, 2 y 3) misión, 3 y 4) vocación y 4 y 1) profesión. Finalmente, el área donde todos los círculos convergen se encuentra en el centro de la gráfica, la cual es el Ikigai. 

Desde mi ámbito profesional como economista, he logrado observar que el modelo del Ikigai también responde a la principal interacción que se da en los mercados con la oferta y la demanda. De hecho, nuestras capacidades y nuestros gustos se pueden traducir en la oferta, mientras que las necesidades del mundo y lo que el mundo está dispuesto a pagar en la demanda. El lugar en donde la oferta y la demanda convergen es el equilibrio, por lo que este modelo de economía, también sugiere que el propósito de los mercados es encontrar el equilibrio. De hecho, una de las lecciones más relevantes que la economía nos ha enseñado es que en los períodos de desequilibrio económico, como la Gran Recesión, los gobiernos y las empresas deben invertir para recuperar el equilibrio en los mercados. En contraste con la teoría, muchos gobiernos toman el camino fácil y se adaptan al desequilibro con políticas que promueven la disminución del gasto, agravando aún más la situación.

En el contexto de del descubrimiento de nuestro propósito, una persona siempre tiene la posibilidad de responder a situaciones adversas con acciones positivas, y asumir retos más grandes para definir su propósito. El esquema del Ikigai es simple ya que nos permite reflexionar sobre la relación que tiene nuestra identidad con los problemas que atraviesa el mundo. Yo recomiendo personalmente realizar este ejercicio cuando se alcanza una edad madura. En esta etapa, ya hemos definido nuestra identidad y somos capaces de describir las habilidades, virtudes y preferencias que nos definen y con las que podemos contribuir al mundo. En la gran mayoría de casos, también ya hemos alcanzado una profesión y nos hemos expuesto al mundo para comprender sus necesidades. En resumen, el compromiso de resolver los problemas del mundo por medio de nuestras capacidades es el descubriendo de nuestro propósito en la vida. 

Es probable que muchas personas aún no tengan claro su propósito, pero atreverse a descubrirlo brinda a nuestra vida entusiasmo y motivación día a día. Adicionalmente, nuestro propósito nos puede mover a tal punto que nos impulse a cambiar el status quo, empezar un emprendimiento, cambiar de trabajo, fundar una empresa, hacer voluntariado, aprender nuevas habilidades, realizar descubrimientos, innovar, viajar e incluso lograr algo que nadie lo había hecho antes. Sin embargo, el descubrimiento de nuestro propósito solo es el inicio del viaje, puesto que el siguiente paso es tomar acción para hacerlo realidad. Thomas Jefferson incluyó en la Declaración de Independencia de Estados Unidos a la búsqueda de la felicidad como uno de los derechos ineludibles de cada ser humano, lo cual en gran medida hace alusión al cumplimiento de nuestro propósito.  

Fecha:
3 de agosto de 2024

Autor:
Aaron Sanchez,
CEO de CreditAccess
MPP 2016, Universidad de Chicago